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Calidad de los recursos digitales

La calidad de los recursos digitales con propósito formativo es tanta como el aprendizaje resultante por parte de los estudiantes. Con esta premisa de partida es posible comprender la dificultad de medir la calidad de los contenidos: el número de fotografías y recursos gráficos, la interacción, las posibilidades de reutilización y otros aspectos similares resultan irrelevantes si los contenidos no cumplen su cometido, lo cual, dicho sea de paso, resulta difícil de determinar a priori. Esto es así porque el aprendizaje no depende únicamente de los recursos, como es natural, pues estos solo poseen una pequeña parte de la responsabilidad del aprendizaje de los estudiantes. La calidad, por tanto, forma parte de un concepto de todavía más amplio que el de la información y debe extenderse hasta la definición de la calidad del proceso formativo (ya sea este tradicional, con TIC o virtual).

En el contexto de la formación virtual se propone esta definición de calidad, que es aplicable a cualquier otro escenario con las oportunas matizaciones:

"definimos calidad en eLearning como la efectiva adquisición de una serie de competencias, habilidades, conocimientos y destrezas por parte de un conjunto de alumnos, mediante el desarrollo de contenidos de aprendizaje adecuados, impartidos a través de unas herramientas web eficientes y con el apoyo de una red de servicios añadidos, cuyo proceso -desde el desarrollo de los contenidos hasta la adquisición de las competencias y el análisis de la intervención formativa en su conjunto- está garantizado por un exhaustivo y personalizado proceso de evaluación y certificación, y monitorizado por un equipo humano que ejerce una labor tutorial integral durante todo el proceso de enseñanza-aprendizaje" (Seoane Pardo & García Peñalvo, 2006:43)

Así pues, en este sentido, más que hablar de la calidad de los contenidos digitales (OER, si se trata de contenidos abiertos) deberíamos hablar de la calidad de las prácticas educativas en su conjunto (OEP u Open Educational Practices), como indican algunos expertos (Camilleri, Ehlers & Pawlowski, 2014). ¿Significa esto que no tiene sentido hablar de la calidad de los contenidos? En absoluto. Pero conviene tener en cuenta que,

"in the final analysis, responsibility for assuring the quality of OER used in teaching and learning environments will reside with the institution, programme/course coordinators, and individual educators responsible for delivery of education. As they have always done when prescribing textbooks, choosing a video to screen, or using someone else’s lesson plan, these agents are the ones who retain final responsibility for choosing which materials – open and/or proprietary – to use. Thus, the ‘quality of OER’ will depend on which resources they choose to use, how they choose to adapt them to make them contextually relevant, and how they integrate them into teaching and learning activities of different kinds" (UNESCO Chair in OER, s.d.).

Nociones de calidad (Camilleri, Ehlers & Pawlowski, 2014)

 Con carácter general, la calidad se entiende como la confluencia de los siguientes aspectos:

  • Eficacia: la aptitud del objeto o práctica en cuestión para ser utilizada. Esto incluye aspectos como la facilidad de reutilización o el valor educativo.
  • Impacto: en qué medida un contenido o práctica demuestra ser efectivo. Depende de la naturaleza, el contexto y el uso que se haga.
  • Disponibilidad: es condición previa para la eficacia y el impacto. Incluye aspectos como la transparencia y facilidad de acceso.
  • Exactitud: es la medida en que el objeto o práctica es correcto y carece de errores.
  • Excelencia: se mide en comparación con otros de su misma clase. 

Por otra parte, es interesante tomar en consideración diferentes niveles y aspectos de calidad a la hora de gestionar la gestionar la calidad de los OER. Algunos de estos aspectos son:

  • Calidad de las organizaciones: calidad de la acreditación y reconocimiento de la entidad.
  • Calidad de los cursos: calidad de los metadatos, lenguaje y gramática, actividades de aprendizaje, uso de diferentes media, correcto funcionamiento técnico, etc.
  • Calidad de los metadatos: permiten una correcta localización y etiquetado, así como conocer su uso más adecuado.
  • Calidad individual: ¿encajan estos OER en el contexto concreto del estudiante?
  • Capacidad de transferencia y adaptación: contextualización de los OER, con aspectos como la adaptación lingüística, cultural, de diseño y estilos de aprendizaje, flexibilidad didáctica, etc.

Propuesta de marco conceptual de calidad para OER

Los autores anteriores proponen un ciclo de vida de los recursos educativos abiertos en 11 fases, a saber:

  1. Creación del recurso
  2. Descripción por medio de metadatos
  3. Aprobación por parte de instancias superiores
  4. Publicación y disponibilidad del recurso al público
  5. Descubrimiento, o proceso por el cual los usuarios pueden localizar el recurso
  6. Evaluación, o comprobación de la adecuación del recurso localizado
  7. Almacenamiento definitivo, en un espacio desde el que sea posible obtener un identificador único
  8. Obtención del recurso, normalmente mediante descarga o enlace
  9. Reutilización: el recurso debe poder ser editado o modificado
  10. Integración: este aspecto describe el proceso de inclusión del OER en un contexto más amplio, como un curso, por ejemplo, o en determinados entornos técnicos como un LMS
  11. Utilización, para describir la experiencia de uso efectiva del recurso que ha permitido el desarrollo de una experiencia de aprendizaje por parte del estudiante o usuario final

Fuente: (van Assche & Vuorikari, 2006)

Caso práctico: Certificación de la calidad de los contenidos docentes (Universidad de Almería)

En el documento adjunto se puede analizar un ejemplo de normativa para la certificación de la calidad de los contenidos docentes aplicada por la Universidad de Almería. Esta acreditación tiene en cuenta la calidad de los contenidos digitales (35%), las actividades docentes en el campus virtual (20%), la participación de los estudiantes (20%) y los resultados obtenidos (25%). Este marco de certificación permite contextualizar el valor del contenido dentro de un organigrama más complejo de calidad de la formación.

Referencias