2.1 Función Académica: El Docente como Tutor
Uno de los elementos comúnmente
identificados a la hora de plantear una intervención formativa en línea como
complemento a la formación presencial es la necesidad de adaptar el perfil
docente a una función eminentemente tutorial. La función académica de la
tutoría es, con todo, la más parecida al perfil docente “clásico”, pues el Tutor
es responsable de que los alumnos alcancen los objetivos establecidos para la
unidad formativa de la que es responsable, desde la selección de los contenidos
y las actividades, la elección de un determinado modelo de interacción para el
trabajo en grupo y, por supuesto, el programa adecuado de evaluación.
En los entornos de formación online, la tarea “en tiempo real” del
tutor comienza justamente después de la preparación de los contenidos y el
diseño de la asignatura: estas tareas, con ser cruciales, son previas al
trabajo con los estudiantes. El tutor ha de adecuar la materia al planteamiento
didáctico y el contexto formativo de que se trate (tiempo de desarrollo,
composición de los grupos, coincidencia con otros contenidos, carácter teórico
o práctico, especificidades del grupo de trabajo...), aplicar e incluso diseñar
las estrategias necesarias para la consecución de los objetivos propuestos,
programar las actividades y realizar su seguimiento, incluida la evaluación de
las mismas.
Puesto que en eLearning no existe en general “tiempo docente”, las horas de clase magistral a las que el alumno asiste pasivamente en un contexto tradicional se complementan aquí con un “tiempo discente” de aprendizaje autónomo, lo cual incrementa el esfuerzo que el alumno ha de realizar. Además, en un modelo de formación en red de calidad, no sólo se exige un mayor esfuerzo por parte de los roles docentes, sino también por parte del estudiante. De hecho, la tutoría académica incide en un contexto de aprendizaje autónomo, exige más por parte del alumno, y convierte al docente (tutor, en este caso) en alguien que resuelve dudas, propone retos, estimula e invita al trabajo (con frecuencia colaborativo), orienta académicamente en la resolución de problemas, marca el ritmo de aprendizaje personal de cada miembro del grupo en función de su nivel de entrada y sus expectativas de salida. La labor del tutor consiste en el fomento de un aprendizaje autónomo e (inter)activo a la vez que cercano, individualizado, cálido, al objeto de lograr que su grupo alcance las expectativas deseadas en términos de contenidos, competencias, destrezas y habilidades.
Figura 5. Funciones académicas del docente en
entornos de eLearning
GRupo de Investigación en InterAcción y eLearning. Universidad de Salamanca