Si situamos el motivo en el centro de la imagen, ésta resultará estática y posiblemente pesada. Si lo movemos hacia uno de los lados, la imagen resulta más dinámica y parece contar una historia. Prueba situando el motivo en diferentes posiciones para ver los efectos.
En general se considera que la imagen está repartida en tres columnas y tres filas, como si fuera una cuadrícula. Decide en qué parte de la cuadrícula quieres situar tu tema, probando con las diferentes posibilidades.
Se considera que los puntos de intersección de esta cuadrícula son los “puntos fuertes”, los más importantes para destacar el motivo y lograr una buena composición visualmente atractiva.
Tan importante es esta regla que la mayoría de las cámaras permiten ver en el visor esta cuadrícula para facilitar el encuadre, incluidos algunos dispositivos móviles de última generación.
A veces podemos reencuadrar al editar una foto, pero suele ser más bien un recurso desesperado cuando no hemos obtenido ninguna foto que realmente merezca la pena.
Por otra parte, hay fotos que realmente funcionan bien precisamente porque rompen esta norma.