Lo mejor de hacer fotos es enseñarlas. Podemos mostrarlas en papel, editando un álbum, o compartirlas en las redes sociales de tipo general, usar redes especializadas, utilizarlas como ilustración de nuestros trabajos académicos, o guardarlas en un repositorio de fotos público o privado para un uso posterior.
En cualquier caso, debemos tener presentes las normas de privacidad, ya que de otra forma podemos tener problemas o crearlos a terceras personas.
Además, como autores de nuestras imágenes querremos tener cierto control sobre su uso. Para ello escogemos las normas de copyright que prefiramos: copyright o creative commons.
Por último, debemos leer la letra pequeña de los servicios web que usemos, ya que algunos aunque no se hacen responsables del uso indebido de las imágenes, pretenden tener derechos sobre ellas.